Arde, permite que el fuego de las emociones cercene las heridas,
y desgaste la piel endurecida por el rencor.
Que arda con intensidad, para que así, con la sutileza que sólo el tiempo posee,
pueda soplar las cenizas permitiendo a tu piel renovada reconocer
el suave tacto del amor cuando vuelva a ti.