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Estoy a escasa horas de cumplir un año más de vida, y si bien soy alguien que está aprendiendo a celebrar esos momentos, hoy opte por reflexionar al respecto mientras observo al segundero avanzar a paso constante. En esta vida las transacciones las hacemos con tiempo o con dinero, en su mayoría una mezcla de ambas, pero siempre uno en mayor medida que el otro. Si usas tu tiempo ahorrarás dinero y si usas dinero ahorrarás tu tiempo, o mejor dicho tendrás tiempo libre para usarlo en algún otra cosa. Cuando era joven me solía mover en bicileta o andando, alargando así el tiempo que me tomaba llegar de un lugar a otro, en la mayoría de los casos, pero ahorrando un par de pesos en el camino; siendo Morelia una ciudad pequeña y tranquila resultaba sencillo hacerlo así. Esto al final del mes representaba una salida con amigos o poder ir al siguiente “tokin”, total se es joven y dispones del tiempo a tu gusto, al menos eso crees, al menos, así lo percibes “la adultez no me va alcanzar y si lo hace le va a costar”. ...

Quiero a tu mano estrujando mi pulgar, como quien se aferra a los sueños. Quero el calor de tu piel, incendiando la llema de mis dedos. Quiero tu sonrisa iluminando la habitación, antes que cualquier rayo de sol. Quiero ver tus pies descalzos, bailando al compás de mis latidos. Quiero ser testigo del momento en que tus manos se inspiran a crear. Quiero ser el espectador privilegiado de tu mirar, al sumergirte en tus proyectos. ...

Algún día dejarás de aparecer en mis sueños, no querrá decir que te habré olvidado, pues en mi corazón tu recuerdo esta grabado. Tal vez, y solo tal vez, cuando las conversaciones en mi cabeza hayan cesado y la última lección haya terminado. Pues aun en tu ausencia, aprendo a ver el mundo con tus ojos, a apreciar la vida con el amor que me has mostrado. Que existen distintas maneras de amar, y todas ellas son tan bellas como las demás. ...

Más amor en esta vida, Más amor a las despedidas, Más amor a los recuerdos, que solo despierten sonrisas. Más amor, me pido, por favor, para dejar de juzgar mis acciones pasadas, bajo la luz crítica de mi presente. Más amor, ruego, para que en mi pecho crezca un mar, donde pueda sumergir mis miedos y, en amor, transformar. Más amor, en cada palabra, en cada silencio, para tejer entre nosotros un lazo, que trascienda el espacio y del tiempo resista su paso. ...

Suave flor bailarina, gracias por permitirme expresar las palabras que aún no puedo encontrar. Bello pétalo dorado, gracias por dejarme ver la belleza que habita en su ser.

He enfermado, dicen los ecos de mi casa que mi rostro más pálido está, comentan con preocupación, Me aconsejan comer mejor, vivir con más pasión. Un viaje he decidido emprender, buscando el remedio que alivie mi dolor. Mis síntomas, cuentan entre mis amigos, Creen que el aire que ahora respiro ha nublado mi razón, Y una tarde de risas será mi salvación. En un bar, entre consejos y una vieja canción, los bohemios que a mi historia pusieron atención, me dicen que el alcohol limpiará mi corazón. ...

Atreverse a beber un trago de verdad no es fácil, conlleva correr el riesgo de que su amargo sabor haga que tus pesadillas se vuelvan realidad. Pero solo así podrás despertar, ser consciente del presente en el que te encuentras… recuerda, los sueños solo pueden alcanzarse si estás despierto para hacer que sucedan.

Reencuéntrate con lo que genuinamente te haga feliz. Cada uno de nosotros tiene esa actividad en la que podemos sumergirnos durante horas, mientras que el tiempo a nuestro alrededor parece detenerse. Si en el ajetreo de la vida actual, sientes que perdiste aquello que te lleva a volar, buscalo, él no es celoso de tu tiempo, sabrá esperar, vuelve a conectar con el, pero no lo olvides. La vida se torna un poco más hermosa con ese ingrediente que nos permite saborearla aún más. Es como la cereza que reservas para el final de tu helado. ...

Pido una tregua, se lo pido a mi mente y corazón pido que cesen de edificar este muro forjado de orgullo, pues hace tiempo perdí de vista el final. Lo unico que consegui fue bloquear el sol, negándome el calor de aquellos rayos que otorgan el perdón. Pido una tregua, consciente de que fui yo quien colocó la primera piedra, al olvidar que el amor no se rige por una estrategia, pues no es un juego en el que se tenga que ganar. ...

Mentiría si digo que no busqué tu rostro entre la multitud que rodaba atravesando la ciudad.